
¡Qué importa cuántos años tengo! No pienso en ellos. Pues unos dicen que ya soy viejo, y otros que estoy en mi plenitud. Así que no importa la edad que tengo, ni lo que la gente dice, sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicta.
Hoy, cuando me miré en el espejo, note que tengo más canas y más arrugas; no tengo la energía de antes, ¡No estoy envejeciendo solo! Lo bueno es que mientras mi exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva día a día. Así me siento: un hombre afortunado porque Jesucristo me ha permitirme recorrer otros países, dar cobertura a otros y pastorear una hermosa congregación en República Dominicana
En estos 40 años he aprendido ser amado y ser despreciado, a ser calumniado y a ser perdonado, me he topado con personas que han sabido guardar mis secretos y otros a divulgarlos, (Nunca revelaré sus secretos), otros que le he confiado cosas y otros que han destruido mi confianza. Así como tambien me he encontrado personas ingratas sin memoria que me han mordido las manos, los pies y hasta la cabeza, me he cruzado con personas que antes nadie los conocía y Dios me puso en su camino para ser bendecidos y no se han devuelto a dar siquiera las gracias. por mi parte, he sabido tambien ofender pero tambien a perdir perdon.
Gracias a todas las personas que de alguna u otra situación han estado conmigo fortaleciéndome y llenándome de alegría.
Sé que muchos se identifican conmigo y se pondrán en mi lugar tiene toda la autorización de compartirlo.
Con cariño, Pastor Israel Valenzuela. MBA
Deja una respuesta