En cada edad siempre han existido personas que profesan el nombre de Cristo aunque quieren seguir las doctrinas y prácticas en conformidad con sus propios deseos sin tener en cuenta para nada la Palabra de Dios. Otros no exhiben el testimonio de un creyente fiel separado de la mundanalidad. Estas personas están preocupadas por predicar un evangelio social de respeto, en lugar de declarar lo que dice la Biblia.
El ecumenismo, como tendencia dentro del cristianismo, tiene como su objetivo unificar a las iglesias o al menos acercarlas. Algunos tienen como meta la unión estructural de todas las iglesias, mientras que otros se proponen simplemente trabajar unidos en algunos proyectos.
A veces es difícil identificarlos porque gustan de asociarse con los cristianos fundamentalistas. De tal manera que muchos hoy en día, en favor de sus propios intereses, cuando están con los fundamentalistas se identifican como fundamentalistas sin serlo, y luego hacen lo mismo cuando están con los ecuménicos.
En otras palabras son personas que gustan de la simulación. Y esto es lo que dice la Biblia sobre un caso similar, «Porque cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque era de condenar. Pues antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión. Y en su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos» (Gá. 2:11-13).
Fuente: Nosotros.cl
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