Cuando hablamos de buscar a Dios, debemos hablar de santidad, la cual es crucial porque “sin santidad nadie verá al Señor” (He 12:14). Jesús enfatizó esta verdad: “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios” (Mt 5:8). Se refieren a ver a Dios en la vida cotidiana, ahora, tener una íntima relación de amor con Él y entrar en Su presencia para conocer Su mente y corazón.
Fue durante Su primera enseñanza pública que Jesús dijo que el de corazón puro verá a Dios, (Mt 5). No se estaba refiriendo a nuestra muerte y de ver a Dios en el cielo, sino a las actitudes con las que debemos vivir cada día en esta tierra. Nos estaba diciendo cómo permanecer en unidad con Dios.
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