PASTOR ISRAEL VALENZUELA

Hay cristianos que los pones a lado de una ramera de un drogadicto de un pecador y uno no puede diferenciar cual es cual porque después de llevar años en el evangelio y en la iglesia están igual que ellos, su vestuario su apariencia son de pecadores, no han sido cambiados no han sido transformados, no ha habido un cambio en su vida. 

Pero un cristiano que sale y fume marihuana, o un cristiano y se va a los hoteles a fornicar o adulterar y uno que está en la iglesia y es un lujurioso y concupiscente o está en la iglesia y tiene un demonio de mentira, o uno que está en la iglesia y después que sale de ahí se mete en las discotecas a bailar y a brincar. ¿Qué puede usted pensar de eso? O que una muchacha que sale del coro de la iglesia y se mete con un no cristiano en un carro o en cine o donde sea, para que aquel tome el cuerpo de esa chica que es templo del espíritu santo y la manosee y la toque por cuantos lugares piense, y después que esa muchacha que ese impío apestoso a pecado, a pestoso al diablo se ha saciado con el templo de Dios que es su cuerpo  viene como si nada a cantar, tiene que estar llena de demonios.